Hace dos fines de semana, decidimos pasar el día en La Granja. Ya conocíamos el Real Sitio y su palacio y habíamos estado hace no mucho, en invierno, calentando el cuerpo con sus famosos judiones.
Pero lo que era una novedad para todos, era ver las fuentes de los jardines en funcionamiento. Tanto oír hablar de ellas y su encendido nos había creado altas expectativas.
Las fuentes del palacio que Felipe V mandó construir cerca de Valsaín como residencia estival (1720-1745), se ponen en funcionamiento cada primavera en función del agua recogida del deshielo.
Están realizadas en plomo pintado imitando a bronce con sus estatuas de mármol y se distribuyen a lo largo del jardín, de forma que para poder encontrarlas es bueno que te hagas con un plano.
Si no conoces el Palacio Real, mi consejo es que aproveches el día completo para verlo todo, organizándote en función de los horarios de encendido de las fuentes. Un espectáculo que solo sucede tres días en semana (miércoles y sábados a las 17.30 y domingos a las 13.00 y que únicamente 3 días al año podrás verlas todas en funcionamiento en fiestas locales (31 de mayo San Fernando y 25 de agosto San Luis) o estatales (25 de julio Santiago Apóstol).
Nosotros lo hicimos coincidiendo con el Mercado Barroco que cada año (primer fin de semana de junio) congrega a centenares de personas, y que ataviadas con los trajes de época recrean el ambiente palaciego del siglo XVIII. Si el Real Sitio es ya de por sí bonito, imagínate con ese escenario tan singular...
Si puedes, reserva con antelación en Casa Zaca, un restaurante de cocina tradicional en el que el secreto de sus guisos se hereda generación tras generación. Se pone siempre hasta arriba, así que adelántate al resto.
Y por la tarde, para bajar los excesos de comida y digerir al aire libre los judiones de rigor, te recomiendo que entres con tiempo al recinto de los jardines para dar un paseo por sus amplias avenidas de tierra, sacar fotos sin gente (algo imposible durante el encendido de las fuentes), enterarte de lo que cada una representa y luego tomar un café o infusión en un chiringuito que hay dentro.
Las fuentes funcionando ensalzan su majestuosidad, en concreto la de Las Ranas y la de los Baños de Diana. Las de Carrera de Caballos y Ocho Calles nos decepcionaron un poco porque a pesar de la altura que alcanzaban los chorros no impresionaban tanto para la expectación que generaban.
Dada la cantidad de gente que vas a encontrarte, sé de los primeros en el recorrido para coger un buen sitio y ver bien, aunque estar cerca no siempre asegura una buena perspectiva y corres el riesgo de acabar empapado (lleva ropa de cambio).
Nosotros acabamos rendidos, y eso que la mañana fue de paseo por el mercadillo y no de patear las estancias palaciegas. Nos quedamos con el recuerdo de un día precioso pero agotador y con las ganas que tenía de contároslo. Te dejo con un pequeño aperitivo con este video que grabé.
Ahora cuéntame... ¿algún otro palacio por redescubrir con niños?
Si no conoces el Palacio Real, mi consejo es que aproveches el día completo para verlo todo, organizándote en función de los horarios de encendido de las fuentes. Un espectáculo que solo sucede tres días en semana (miércoles y sábados a las 17.30 y domingos a las 13.00 y que únicamente 3 días al año podrás verlas todas en funcionamiento en fiestas locales (31 de mayo San Fernando y 25 de agosto San Luis) o estatales (25 de julio Santiago Apóstol).
Nosotros lo hicimos coincidiendo con el Mercado Barroco que cada año (primer fin de semana de junio) congrega a centenares de personas, y que ataviadas con los trajes de época recrean el ambiente palaciego del siglo XVIII. Si el Real Sitio es ya de por sí bonito, imagínate con ese escenario tan singular...
Si puedes, reserva con antelación en Casa Zaca, un restaurante de cocina tradicional en el que el secreto de sus guisos se hereda generación tras generación. Se pone siempre hasta arriba, así que adelántate al resto.
Y por la tarde, para bajar los excesos de comida y digerir al aire libre los judiones de rigor, te recomiendo que entres con tiempo al recinto de los jardines para dar un paseo por sus amplias avenidas de tierra, sacar fotos sin gente (algo imposible durante el encendido de las fuentes), enterarte de lo que cada una representa y luego tomar un café o infusión en un chiringuito que hay dentro.
Las fuentes funcionando ensalzan su majestuosidad, en concreto la de Las Ranas y la de los Baños de Diana. Las de Carrera de Caballos y Ocho Calles nos decepcionaron un poco porque a pesar de la altura que alcanzaban los chorros no impresionaban tanto para la expectación que generaban.
Dada la cantidad de gente que vas a encontrarte, sé de los primeros en el recorrido para coger un buen sitio y ver bien, aunque estar cerca no siempre asegura una buena perspectiva y corres el riesgo de acabar empapado (lleva ropa de cambio).
Fuente de Las Ranas |
Nosotros acabamos rendidos, y eso que la mañana fue de paseo por el mercadillo y no de patear las estancias palaciegas. Nos quedamos con el recuerdo de un día precioso pero agotador y con las ganas que tenía de contároslo. Te dejo con un pequeño aperitivo con este video que grabé.
Ahora cuéntame... ¿algún otro palacio por redescubrir con niños?
Precioso plan que nos propusiste. Turismo, gastronomía, cultura... y la mejor compañía. Excelente crónica y acertadas recomendaciones
ResponderEliminarMuchas gracias cariño. Fue un plan completo porque fue con vosotros. La próxima vez la historieta de las fuentes la hacemos más comprensible para Enma
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