No soy mucho de tartas, quien me conoce sabe que me encanta el dulce en todas sus versiones excepto esta. Así que me encantan los cumpleaños donde la típica tarta embadurnada de nata o crema se sustituye por un bizcocho, galletas caseras o variedades pasteleras menos empalagosas sobre las que colocar las velas.
Una pequeña excepción la constituyen las tartas de galleta y los tatines de manzana, tan diferentes unos de otros que a veces es un riesgo, otras un acierto, pedirlos en restaurantes. Particularmente cuanto más fino y con menos masa mejor. Así que un día brujuleando por la red y después de una mala experiencia con una tarta de manzana apta para alérgicos que hasta a Enma le provocó una náusea, me decidí a ensayarla en mi cocina. ¿Comenzamos? Ahí va, más fácil no puede ser.
INGREDIENTES:
- 1 lámina de hojaldre
- 1-2 manzanas reineta
- 1 cucharada de margarina vegetal
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 huevo batido
- 2-3 cucharadas de mermelada de albaricoque o melocotón
- hojas de menta para decorar (opcional)
PREPARACIÓN:
- Coloca el hojaldre en la bandeja de hornear. Pincha la parte central con un tenedor.
- Pela las manzanas, retira el corazón y lamínalas en lonchas finas, como medias lunas.
- Cubre la parte central del hojaldre con las láminas de manzana y unta con el huevo batido los bordes libres.
- Sobre la manzana coloca pequeños daditos de margarina y espolvorea el azúcar sobre ellas.
- Hornea a 170-180ºC durante 20-25 minutos.
- Terminado el horneado saca y extiende la mermelada sobre su superficie.
- Decora con unas hojitas de menta (opcional).
A mí me ha gustado y mira que soy exigente... Espero que a ti también te guste. Una buena opción es dejarla preparada y meter en el horno mientras se come para servirla caliente como postre. Fácil y rápida, ¿verdad?
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