A escasos metros de la glorieta de Embajadores se encuentra un pedacito de Buenos Aires. Un pequeño "localito" (que dicen ellos) decorado de tal modo que el corazón cuando entras se te vuelve porteño.
Pero lo más lindo de acá son Alejandra y Javier. Ellos son Tango por Tango, que es mucho más que un tango al cuadrado.
Excelentes profesionales dedicados a enseñar el complejo arte de bailarlo bien (o al menos nosotros lo intentamos), con una didáctica sencilla: pisada a pisada se anda el camino y paso a paso se va haciendo el tango. Pero no siempre es así. Otras veces conviene pararse y aprender a bailar al ritmo, o aprender a abrazarse, a escuchar la música y no seguir bailando cuando ésta se acaba (parece mentira pero esto sucede).
Además dan clases particulares, organizan milongas, disponen de zapatos y música a buen precio y nunca falta mate y dulces argentinos en sus fiestas. Y por si fuera poco, también hacen espectáculos y organizan muestras de alumnos... ¡¡no paran!!.
Porque además de perfectos bailarines son bellísimas personas, y esto lo transmiten a sus alumnos que pasan a ser amigos, a ser su gente. El boca a boca funciona y el grupo crece... ¡¡dentro de poco tendremos que salir a la acera a bailar!!
Además dan clases particulares, organizan milongas, disponen de zapatos y música a buen precio y nunca falta mate y dulces argentinos en sus fiestas. Y por si fuera poco, también hacen espectáculos y organizan muestras de alumnos... ¡¡no paran!!.
Porque además de perfectos bailarines son bellísimas personas, y esto lo transmiten a sus alumnos que pasan a ser amigos, a ser su gente. El boca a boca funciona y el grupo crece... ¡¡dentro de poco tendremos que salir a la acera a bailar!!
Pero nuestra historia de amor con el tango surgió muuuucho tiempo antes. En nuestra lista de asuntos pendientes, los de Oscar y los míos, estaba entre los primeros. Siempre dijimos que abriríamos el baile en nuestra boda con un tango, pero hasta 3 años después no conocimos a Ale y Javi, así que nos vimos obligados a hacer el ridículo más espantoso... un amago de pseudo-vals...
En 2009, dimos nuestro primer paso, el básico, y su cadencia nos caló en los huesos. El tango nos enganchó y palpitamos al ritmo de sus acordes. Bailé cansada después de un largo viaje, bailé eufórica cuando mis pies acertaron con algún adorno, bailé como si fuese de cristal el día en que supe que estaba embarazada, bailé con fiebre, bailé con miedo cuando estrené zapatos con un tacón en mí inusual, bailé con nuevo centro de gravedad durante la gestación y dolorida con una episiotomía aún reciente, bailé con una recién nacida en brazos mientras su padre tarareaba El Choclo... bailé con todos y cada uno de los sentimientos que se pueden tener en la vida, porque el tango forma inevitablemente parte de la nuestra.
En 2006, moría Jorge Göttling, escritor, historiador y apasionado de este baile que co-fundó la Academia Nacional del Tango. De él son estas palabras: "El tango es el paisaje más original de Buenos Aires, el telón de fondo de la ciudad". Así que pongamos un tango, abracémonos y dejemos que siga siendo la banda sonora de nuestras vidas.
Os admiro por bailar, soy negada. Os admiro por sacar tiempo de debajo de las piedras y por disfrutar juntos. Habrá que celebrar una reboda para que el baile sea tal cual lo imaginasteis :-)
ResponderEliminarun besazo
Cuando se consigue un sueño, cuando se tacha de la lista de los pendientes de la vida, la satisfacción es taaan grande. Siempre lo deseamos y muchas veces lo descartamos porque nunca habíamos bailado nada, para nosotros es una prueba de que los sueños pueden cumplirse. Eso sí, habrá que organizar una reboda... Un beso grande y gracias por leer un post tan especial para mí
EliminarNo sólo lo describes maravillosamente, querida, sino que el entusiasmo con el que lo haces, demuestra que es algo que disfrutáis de corazón, ese que ya te dije debías tenerlo con conexión directa y transatlántica!
ResponderEliminarEn este punto, tenéis más de argentinos que por aquí por nuestro hogar...
Me encantáis!
Un beso
Muchas gracias María, tú también tienes una buena porción de corazón porteño. Anímate con el tango, y luego juntos os marcáis un chotis. Un beso grande
EliminarSi supieras que he leído el post mientras escuchaba la canción que sonó en mi boda...y casi lloro!!! Que bonito Sonia, la verdad que tiene que ser maravilloso sentir algo así.
ResponderEliminarMe apunto a la reboda, soy toda una artistaza tirando arroz!!!
Un beso grande!
Que bonita coincidencia María Luisa. Las canciones forman parte de nuestra vida y a todos nos generan buenos o malos sentimientos determinadas melodías. A mí me sucede con el tango, y no sólo con el tango. Parece mentira la magia que desprende la música... un besito. Cuento contigo para lo del arroz!!
EliminarPues si, parece mentira, a mi hay canciones y discos enteros que me recuerdan épocas completas de mi vida y me encanta eso.
EliminarLo del arroz te lo he dicho porque al 100% de las bodas que he ido se me ha olvidado llevarlo, menos mal que se empezó a poner de moda regalar el arroz por parte de los novios que si no....soy lo peor a veces :(
Yo también soy poco de tirar arroz.. qué desperdicio tirarlo con lo que me gusta en paella!!!
EliminarHoy he escrito sobre bodas y bailes y me he acordado de ti. ¡Qué bonito post!
ResponderEliminarSi el día de mi boda hubiera tenido los zapatos de Marian, el amago de pseudo vals al menos hubiese tenido algo de glamour. Muchas gracias Elena, por comentar y por acordarte.
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