Propósito para el 2016 y balance del 2015

A una semana ya de la inauguración oficial del 2016 con las campanadas, para mí el nuevo año comienza apagando las luces del árbol de Navidad por 11 meses y encendiendo esas bombillitas que como ideas, se encienden en mi cabeza dando rienda suelta a lo que necesito, debo y quiero hacer en los próximos 365 (366) días.

Como todos, tal vez debiera comenzar haciendo un repaso a aquellos que hice el año pasado, y que muchos no tuvieron la fortuna de verse realizados. Aún así, el balance del 2015 es bueno:

♣ he aprendido a dominar mis nervios cuando Enma "parece no escucharme" si algo no le interesa. Me esforzado por ser más amable aunque el cansancio y la falta de horas de sueño ha hecho más mella de la que hubiese deseado.
♣ dicen que "el que espera, desespera". A puntito de tirar la toalla pero mereció la pena y los meses de espera dieron su fruto en forma de embarazo.
♣ hicimos más salidas familiares, sí. En invierno a la nieve, en primavera de picnics, en verano no paramos... tal vez menos de los que había planeado y por supuesto, muy muy pocos solos en pareja.
♣ las amistades aparcadas, la máquina de coser tan ansiada (aún me esperan los cojines de hace un año) y el reciclaje profesional quedan pospuestos.
♣ mejoramos en tango, aún con mi aumento de diámetro abdominal, así que cumplido.
♣ mi lado creativo vino de la mano de grandes profesionales, las que componen tanto Good Mood como Mix&Match y que han hecho devanarme los sesos buscando y creando. Por supuesto, el blog contribuye a seguir explotando mi parca creatividad.
♣ al proyecto fotográfico #365pd3 fue fiel y tan sólo un día la foto quedó pospuesta para el siguiente, lo que me demostró que tengo más memoria y fuerza de voluntad de la que creía.
♣ lo de ordenar sigo en ello
♣ lo de mirar menos el móvil... en fin...

Comencé con las uvas pensando grandes cosas para este 2016: digitalizar recuerdos, perfeccionar la calidad de mis imágenes, hacer más y mejor las cosas... Pero tengo que confesarte que he necesitado en esta semana dar un parón en seco. Ya en los últimos meses esta obsesión por hacer, organizar, superarme me estaba quitando horas de sueño, de alegría y de simplemente, disfrutar sin hacer nada.
Necesito sentarme algún día en el sillón sin más y no pensar que es una pérdida de tiempo, no organizar las comidas semanales con tal exhaustividad, escribir el blog cuando quiera y porque me apetece ("no olvides por lo que empezaste") y no agobiada por ningún calendario editorial autoimpuesto, disfrutar de las horas muertas en casa con mi hija sin estar pendiente del reloj y de lo que toca hacer después... esa vida slow de la que hablaba hace año y medio y que no llegué a entender bien hasta hoy.

Por eso, necesariamente, el ritmo de publicación bajará. No sé si publicaré lunes y jueves, sólo un día a la semana o una vez al mes. Lo haré cuando tenga algo que contar, algún plan chulo que compartir, una receta que me ha enamorado...
También pretendo que mi ritmo diario frene, que no soy la madre perfecta que prepara el mejor cumpleaños a su hija, ni el menú más saludable y variado, que no puedo vivir la vida siempre pensando en agradar al resto...

Perdóname que me haya desahogado por aquí pero quería serte franca, como siempre lo he sido, sobre todo contigo, que estás suscrito al blog o que me lees con asiduidad. Espero que este año de remover cimientos suponga hacerme más fuerte y deseo que, de igual manera, sientas la necesidad de vivir con mayor intensidad. ¿Compartes conmigo tus propósitos?