jueves, 7 de abril de 2016

Y tú, ¿de quién eres?

Y tú, ¿de quién eres?;

Cuando tienes una hija de 5 años ya casi lo habías olvidado, pero estar esperando a la segunda te hace revivir comentarios, ideas, juicios que tenías en el subconsciente y que vuelven a resurgir cual Ave Fénix. Y no, no me refiero a los comentarios maternales esos de "tápale que va a coger frío", "yo creo que duerme poco", "se va a acostumbrar a los brazos", etc. que todos hemos sufrido en nuestras carnes y que son la punta del iceberg de unas teorías ancestrales que chocan con las nuevas tendencias (que en ocasiones, las más, tampoco comparto).

Para serte sincera, nunca he practicado el colecho con Enma, he seguido las directrices de Estivill a la hora de dormir y he disfrutado de un bebé en brazos todo lo que he querido y más.

Como presupuse desde un principio, el colecho durante la lactancia me suponía una dificultad añadida y cuando ella fue más mayor, tumbarnos juntos en la cama garantizaba la juerga, las guerras de cosquillas, en definitiva... todo menos dormir. Sin embargo Estivill funcionó (parto de la base que a ningún padre le agrada la idea de dejar a su hijo solo en la habitación mientras le llama y llora). Mucha gente piensa que ese método para dormir es duro y propio de padres desalmados... yo lo único que digo es que no me arrepiento y que no soy peor madre que el resto por haberlo hecho.

Aun teniendo las cosas meridianamente claras, siempre queda un pequeño poso depositado por las opiniones de los demás: que si la lactancia recomendada es de 2 años y no de 6 meses (como fue mi caso), que si dejar a un niño llorando solo en una habitación sin consuelo para que se duerma es de padres sin corazón, que si los niños tienen que pasar de la teta a los sólidos, y un largo etc. que en algún caso comparto pero que son razonamientos que nunca recomiendo, juzgo o impongo.

Por eso, me parece acertadísimo aquel post de Beatriz Millán donde hablaba de una campaña estadounidense que pretendía poner fin a la "guerra entre madres" con fotografías donde las madres exponían sus decisiones respecto a la crianza, diferentes pero unidas. Te recomiendo que te pases por sendos artículos.

En breve nacerá Celia y me planteo si haremos lo mismo que con Enma. Imagino que, como en la vida misma, la clave será la ley del "ensayo-error" y lo que vale para una puede que no sirva para la otra. En mente están nuestras opciones pero no nos cerramos a nada. Y por favor, desterremos entre todos la lucha esa del "¿y tú de quién eres?", ¿de Carlos González o de Eduard Estivill?, ¿pro lactancia o pro leche de fórmula?, ¿de papillas o de "baby-led weaning"?, ¿guardería desde pequeños, excedencia en el trabajo o ayuda de familiares?...

En la crianza no hay bandos, no hay guerras, no todo es blanco o negro. Así que no juzguemos y vivamos la maternidad con el respeto que requiere. ¿Pensamos igual?

4 comentarios:

  1. Cuando eres madre por primera vez las opiniones de los demás duelen afectar bastante y lejos de ayudar lo único que hacen es complicarte más. Con el segundo todo es más relajado, más fluido... por lo menos así fue en mi caso que estaba mucho mas segura de mi misma y de mi capacidad como madre.
    Yo creo que no hay bandos, ni blancos ni negros...el mundo está lleno de matices y no solo hay grises sino múltiples colores y posibilidades, tanto como personas. Porque cada niño es un mundo, cada madre es un mundo, cada circunstancia personal, familiar... es distinta. Desde el desconocimiento es fácil juzgar, lo difícil es entender, comprender, apoyar, ayudar.
    En mi caso yo intente Estivil con Gabriel y me fue mal. Con Mario me he vuelto madrastrona porque me preocupo lo mínimo, somos de teta, colecho y no me preocupi en esceso. Pero ni yo puedo juzgar a la madre que no haga lo que yo ni quiero que lo hagan con migo. Cuando estas segura de tu opción las criticas no tienen sentido, porque te das cuenta de que lo que le haga bien a una madre le hará bien a su hijo.
    Un besazo gigante Sonia!!! Ya no te queda nada!! ��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Admiro esa capacidad para que no te afecten las críticas y estoy completamente de acuerdo con todo lo que expones. Me quedo con tus últimas palabras: "lo que le haga bien a una madre, le hará bien a su hijo". Un besazo y gracias por compartir. Ya no queda nada, nada.

      Eliminar
  2. Pocas veces coincido con las opiniones sobre la crianza que encuentro en la red. En general son demasiado partidistas y les falta empatía y respeto. Por eso me ha encantado la tuya y me he animado a comentarla.
    Tengo dos hijas. Muy distintas. Lo que vale con una no funciona con la otra (empezando por Estivill). Mi reto es conocerlas y darle a cada una lo que necesita. Y como yo le digo a todo aquél que me pregunta si es mejor uno u otro: en crianza cada uno hace lo que puede con lo que tiene. Yo hago lo mejor que puedo y se con las niñas que me han tocado. Y siempre, como le presupongo a cualquier madre, con la mejor de las intenciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coincido contigo al 100%. Yo también tengo dos hijas y lo que dije que jamás haría (y no hice con la primera), hice y repetí con la segunda. Cada niño es un mundo que solo conocen sus padres, juzgar es fácil y toda crianza es respetuosa si se busca lo mejor para los hijos. Gracias por "venir" y comentar

      Eliminar

Deja aquí tu comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Blogging tips