jueves, 12 de noviembre de 2015

Un domingo soleado en la Casa de Campo

Casa de Campo de Madrid

Aprovechando el veranillo de San Martín y el buen tiempo que nos ha acompañado este fin de semana, nos plantamos en la Casa de Campo con la idea de dar un paseo y tapear por alguno de los chiringuitos de la zona.
La Casa de Campo es una gran conocida para mí. He ido cientos de veces desde pequeña, he corrido por sus circuitos de running, he remado en las barcas del lago, he echado migas a los inmensos peces que habitan en sus aguas y me he tumbado a tomar el sol a la sombra de sus pinos.
Sin embargo, nunca había sido consciente de la historia que encierra y que ahora te cuento...

Este parque público es el más grande del municipio de Madrid con 1722 hectáreas, cinco veces más grande que el Central Park... ahí es nada...
Habitado desde la época paleolítica según cuentan los restos encontrados, no fue hasta la época de los Austrias donde se le sacó el mayor partido. Fue utilizado por la Corona Española (tanto Austrias como Borbones) como coto privado de caza hasta que tras la proclamación de la Segunda República pasó a manos públicas como cesión del Estado al pueblo de Madrid.

Casa de Campo de Madrid

Desde la vertiente oeste del lago se observan unas vistas privilegiadas de la capital: el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, la Torre de Madrid en Plaza de España... un skyline que dibuja el Madrid más majestuoso.

Casa de Campo de Madrid

Canchas de tenis, columpios de madera, puentes de cuerda cuya inestabilidad anima a los niños a subir y sentir el vértigo, mesas que invitan a improvisar un picnic, circuitos para los corredores, paseos para las bicis, un embarcadero que alquila sus barcas y un hermoso lago de aguas tranquilas donde no pueden faltar los piragüistas entrenando.

Casa de Campo de Madrid

Casa de Campo de Madrid

No puedo imaginarme que este recinto se llenase de trincheras durante la Guerra Civil (allí estuvieron emplazadas las posiciones artilleras de los sublevados que bombardearon la ciudad diariamente durante 30 meses) y quedase prácticamente devastado, teniendo que reforestar con pinos y posteriormente con encinas para que su flora volviese a lucir como lo hiciera antaño. Cuenta con una gran variedad de vegetación autóctona y foránea (pinos piñoneros, cipreses de Arizona, sauces, cedros, plátanos, robles y sobre todo retama que cubre buena parte de su superficie).

Casa de Campo de Madrid

Casa de Campo de Madrid

Casa de Campo de Madrid

A nosotros nos encanta disfrutar de ella las mañanas soleadas de otoño, llevar algo de pan duro para los peces, calzar unas deportivas para trepar por donde haga falta, recorrer el perímetro del lago y finalizar nuestra ruta degustando unas patatas con cabrales que tan bien hacen en uno de los chiringuitos de la zona. Nuestra experiencia comiendo por allí no es muy buena, ni en El Urogallo, ni en Montaloya aunque un aperitivo al sol sí merece la pena tomar.

Casa de Campo de Madrid

¿Has programado ya tu próxima visita a la Casa de Campo? ¿Me descubres algún otro rinconcito de allí?

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