Aunque no se me da especialmente bien, me gusta la cocina. Sin embargo, con lo que me apasiona el dulce, siempre siempre prefiero comprar la repostería ya hecha. Y eso que las limitaciones de tener un alérgico a la leche en casa hacen que a menudo tenga que hacer magdalenas, bizcochos y croissants rellenos caseros, pero ya os digo que no es lo mío.
Cada obrador o tahona tiene su especialidad, y yo soy de las que no me importa hacer kilómetros por un buen pastel. Hoy quiero hablaros de esas pequeñas delicatessen que me "obligan" a saltarme la dieta una y otra vez.
1) Las palmeritas de chocolate de la Pastelería Raquel. Un clásico en Torrejón de Ardoz. Con una cobertura generosa de chocolate. Me remontan a mi adolescencia cuando las palmeras de Tejero (C/ Azcona) amenizaban mis horas de estudio en la biblioteca.
3) La "plancha" que venden en la Pastelería Mifer, cerca de los cines Canciller y mercado de Ventas. Normalmente no la tienen expuesta. Es una tarta de manzana sobre base de hojaldre rellena de nata con nueces caramelizadas. Tienes que pedirla así: "Deme plancha para (tantas) personas", y como si de una contraseña se tratara, tras el santo y seña te sacan el pastel del refrigerador.
4) Las rosquillas de Alcalá de Henares que venden en muchas pastelerías de la ciudad. Recomiendo las de la Confitería Tradicional Cervantes, abierta hace aproximadamente dos años por los mismos reposteros que trabajaron en la famosa Pastelería Salinas.
5) El Roscón de Reyes del Horno de San Onofre. Tradición familiar nos llevaba cada año a esperar interminables colas. Hace ya unos 6 años, el mismo obrador pero en la Calle Mayor nº73, La Santiaguesa, ofrece la posibilidad de encargarlos para recogerlos a una determinada hora y evitar la espera. Roscón espectacular, amarillo como ninguno y con un inconfundible olor a azahar.
Hoy, más que nunca, espero vuestras sugerencias y comentarios, a ver si entre todos hacemos una suculenta lista de especialidades reposteras.
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