Cambrils, el corazón de la Costa Dorada

Este año hemos puesto rumbo al nordeste peninsular para disfrutar de nuestro veraneo en familia. Recuerdo mis vacaciones infantiles en la caravana con mis padres y qué bien lo pasábamos en el camping de Montroig, que estaba entre nuestros favoritos. Las grandes copas de helado con nata que un día se nos indigestaron, las efímeras amistades, y los pinares acariciando las playas. Estos son los vagos recuerdos que almaceno de esta zona que no pisaba desde hace casi 2 décadas y media. Así que, con la memoria reseteada y unas ganas inmensas nos dirigimos hacia la Costa Dorada. Destino: Cambrils.

Cambrils es un pequeño pueblo, bastante turístico (de perfil centroeuropeo y ruso) dotado de un impresionante puerto deportivo donde se concentran yates y muchas empresas que ofertan todo tipo de deportes acuáticos (si estáis interesados en flyboard, motos acuáticas, paseos en catamarán o visitas en barco a Salou contactad aquí). Un largo paseo marítimo (abrazado a su inseparable carril bici) lo recorre en longitud uniendo todas las playas del municipio.

Nosotros nos alojábamos a 2 km del centro (no os puedo recomendar el apartamento porque igual que somos expertos en casas rurales, somos unos negados eligiendo apartamentos playeros) a escasos metros de la playa L'Esquirol. La zona es tranquila y encajaba perfectamente con la idea que llevábamos: playa, paseo y turisteo por algún pueblo o ciudad cercana. Además,  ha sido reconocido con el sello de "destino de turismo familiar" y eso se nota: duchas, wc, arena fina de color dorado (parece haber pepitas de oro en la orilla), barcas de pedales, zona recreativa hinchable dentro del agua, y demás infraestructura... Y sin la masificación de otras playas del litoral mediterráneo.

La zona del puerto está repleta de restaurantes, que anuncian con descaro las viandas de la tierra, o mejor dicho de la mar salada. Espetos de langostinos, gambas, sepia, chopitos y una gran variedad de productos que reclaman la atención de los paseantes (recomiendo el Nautic y L'Ancora por su variedad y su pescado fresco. Si buscáis algo más elaborado, reservad con antelación en Can Bosch o El Rincón de Diego, ambos con Estrellas Michelin).

Otros destinos cercanos que no están de más visitar:

1.- Salou. A tan sólo 3 km y como prolongación de Cambrils se extiende esta noctámbula ciudad. Un amplio paseo marítimo da acceso a los múltiples chiringuitos que se transforman al anochecer para dar la bienvenida a los más marchosos. Un ancho bulevar por donde pasear y ver espectáculos sobre escenarios ambulantes que muestran una ventanita de lo que ver en Portaventura (nosotros no estuvimos porque Enma no podía entrar en casi ninguna atracción, pero nos servirá de excusa para volver en un futuro) y miles de tiendas de moda hacen de Salou una localidad cosmopolita. Tan cerca de Cambrils y ¡tan distinta!

2.- L' Ametlla de Mar. Pueblecito pesquero que bordea una montaña. Un bonito puerto, una playa recogida y sus callejuelas en cuesta son su principal atractivo.

3.- Reus. En el interior. Nos encantó su centro peatonal, sus calles empedradas y llenas de vida, y por supuesto las fachadas diseñadas por Gaudí para su ciudad natal. Reus homenajea al arquitecto en el Gaudí Centre en plena Plaça del Mercadal (centro neurálgico y corazón comercial), un edificio moderno que para mi gusto, rompe la armonía de los edificios que habitan en la amplísima plaza. Para los apasionados del gran maestro catalán, puedes completar el tour completo aquí.

Nuestros días allí fueron pasando sin apenas darnos cuenta, y la quincena se nos fue en un abrir y cerrar los ojos. Menos mal que aún nos quedaba una semana para disfrutar en Isla Canela, en Huelva, muy cerquita de Ayamonte. Nos cruzamos la península para terminar las vacaciones con amigos, disfrutando de la slowlife y la compañía. Ahora toca volver y hacer realidad los miles de proyectos que se cocinan en mi cabeza.

Espero que vosotros también hayáis disfrutado de vuestro merecido descanso y me acompañéis en esta dura vuelta a la rutina…