Tararí y Tantán, la hipérbole interpretativa

Últimamente frecuentamos mucho los teatros infantiles. Desde luego el tiempo no invita a pasear, así que la opción de hacer un recorrido por la cartelera se vuelve la alternativa más viable.

Y fue así, y gracias a las críticas, que nos acercamos a los Teatros Luchana. Cines de antaño, que con una faz renovada dan cabida a funciones más alternativas, un espacio multiescénico donde las mañanas de los fines de semana ofrecen su versión infantil.

Tararí y Tantán son dos ¿payasos? que tratan de hacernos reír a base de una escenificación hipergestual que a muchos encanta pero que a nosotros nos dejó un poco desencantados.

Una hora donde a base de canciones (muy pegadizas, por cierto) y "sketches" repetitivos, estos dos personajes nos invitan a participar de su "cielo en construcción".

Juntos buscamos las nubes y estrellas, los planetas, la luna y el sol por mar y tierra para llevarlos al cielo. Un guión muy justo donde el principal protagonista son las canciones en directo y la ternura que desprenden los protagonistas que, todo hay que decirlo, ponen toda su buena voluntad para conseguir un resultado más bien mediocre.

Recomendado para un público de entre 1 y 7 años, mi opinión es que el rango de edad debería ajustarse más. A mi hija mayor, de 7, le pareció falto de argumento y a la pequeña de casi dos le asustaba. Por eso creo que la edad adecuada para recomendar es de los 3 a 6 años.

Al final de la función los niños salen al escenario, pueden hacerse fotos con los actores, comprar su disco y conocer su canal de You Tube. Un final de actuación que cada vez se impone más en los teatros infantiles y que deja un buen sabor de boca en la memoria de nuestros pequeños.

PD. Edito: una semana después, mis hijas siguen cantando sus pegadizas melodías.