Si hay algo que me recuerda al invierno, a la Navidad y a lo bien que se está calentito mientras el frío ronda fuera, son las castañas y los boniatos asados.
No los hago mucho porque en casa no tienen mucho éxito, y cuando me decido a hacerlos, sé de antemano que ese día me voy a pegar un atracón...
Obviamente no tiene ningún misterio el hacerlos: horno y se acabó, pero cada uno tiene sus tiempos y hay que seguir cierto orden si queremos que estén listos a la vez.
INGREDIENTES:
- Castañas, calcula aproximadamente 100 gr por comensal (cuidado con hacer demasiadas que son indigestas).
- Un boniato por persona. Son fáciles de encontrar en fruterías en otoño, no tanto así las batatas (que me recuerdan a alguna que otra cena de sábado en casa de mis padres durante mi infancia).
- Lava los boniatos
- Colócalos en una bandeja de horno, no es necesario envolverlos en papel de aluminio.
- Mete en horno (previamente calentado) a 200ºC durante 1 hora y media y comprueba si están con un cuchillo o palillo. Un truco para saberlo es esperar a que salga el líquido de su interior y, cuando éste se haya tostado sobre la bandeja, significa que ya estarán hechos y dulces.
- Mientras los boniatos se hornean, prepara las castañas dándoles un pequeño corte para que se hagan bien por dentro y no estallen.
- Cuando los boniatos lleven una hora en el horno, introduce las castañas (sólo necesitarán los 30 minutos restantes). Dales la vuelta transcurridos los primeros 15 minutos.
- Para pelarlas más fácilmente, vuélcalas sobre un paño de cocina y aplica presión sobre ellas con las manos y las cáscaras se desprenderán fácilmente.
Y así, fácilmente y a la vez, tendremos este hipercalórico plato para una merienda-cena de un fin de semana invernal. ¿Os apetece hacerlo en estas fechas?
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