Tarde de cuentos

Hoy os propongo un plan estupendo, cultural y ¡barato! para pasar una tarde agradable con los peques.

Casi todas las bibliotecas municipales cuentan con un pequeño (o no tan pequeño) espacio infantil. Mesitas y sillas bajas, una alfombra con cojines para sentarse a leer en el suelo, estanterías a su altura, silloncitos... Llegar allí y acampar a sus anchas, tumbarse en la alfombra, sacar cincuenta libros y esparcirlos es toda una.

Acostumbrada a "otra cosa" en las bibliotecas en mi etapa de estudiante, me cuesta adaptarme a ver que en la sala infantil lo normal es eso. En bajito, eso sí, pero los niños hablan, se ríen con los cuentos, quieren verlos todos, no terminas de leerle uno y ya están sacando otro... A mí me da a apuro por la encargada de la sala, pero ella me sonríe resignada.

Desafortunadamente por mi horario laboral no puedo hacerlo a menudo, pero encontré una alternativa para seguir disfrutando de la lectura con Enma. Cada semana acudo en un ratito libre a devolver los prestados y a coger 3 libros más mientras ella está en la guardería, si puedo voy un día fijo a la semana (los lunes). Intento buscar 2 libros relacionados con algo que esté viviendo en ese momento y el tercero de temática libre que crea que le va a gustar.

Este nuevo propósito de 3 cuentos semanales me lleva su tiempo, es difícil escoger entre tantos libros, pero merece la pena llegar a casa los lunes y que emocionada quiera ver qué aventuras le esperan.

Esta semana escogí intencionadamente "Nacho ya no usa el orinal", "Félix, el coleccionista de miedos" (que no le gusta porque ¡¡"le da susto"!!) y "La luna" porque sabía que le iba a encantar eso de leer con linterna en la oscuridad. La semana que viene buscaré alguno relacionado con la granja y los animales, pues en breve tenemos excursión a la granja escuela. Pronto vendrán los libros sobre el verano, las vacaciones y sobre el primer día de cole para ir mentalizando.