lunes, 21 de diciembre de 2015

Navidades rurales

Navidades rurales en familia

Tan sólo dos días antes de que se hundiera el Prestige y tiñera las costas gallegas de negro alquitrán, nuestro corazón ya estaba de luto porque enterrábamos a la mujer más buena que he conocido en mi vida.
Rondaba el año 2002 y ella llevaba varios años enferma, aunque nada parecía augurar que el fatal desenlace estuviera tan cerca. De ella ya os hablé una vez porque es imposible hablar de Galicia y no recordarla...

Habitualmente nuestra Navidad comenzaba cuando ella llegaba a Madrid, porque era tradición que pasara las fiestas en nuestra casa cuando yo entonces vivía en casa de mis padres. Y de la misma forma, terminaban con su regreso a tierras gallegas.
Nuestras navidades, por tanto, duraban un mes y todo era alegría.

En aquel entierro, en pleno noviembre y a tan solo un mes de que llegara Navidad, las dos familias (la gallega y la madrileña) decidimos que sería bonito juntarnos, unir ambas celebraciones que se preveían tristes y solitarias, de la forma en que ella hubiera querido que fuera. Hicimos de tripas corazón, compramos regalos para todos con unos ahorrillos que nos dejó y elegimos una casa rural en el Bierzo como punto medio de lo que supondría una aventura anual que culmina el año dejándonos un buen sabor de boca.

Navidades rurales en familia

Y así son mis navidades en los últimos 14 años. Hemos cenado en Nochebuena desde una tortilla de patata hasta el mejor cordero asado escogido para nosotros en horno de leña. Hemos grabado un corto de crimen y misterio, jugado al amigo invisible, nos hemos bañado en un jacuzzi al aire libre en pleno diciembre mientras fuera nevaba y en una piscina climatizada que comunicaba con el salón de una de las casas.
Hemos echado partidas interminables de futbolín, cantado villancicos a pleno pulmón, nos hemos quedado aislados por la nieve, y hasta hemos tenido una discoteca con chimenea, mesa de mezclas y bola de espejos para nuestro uso exclusivo. Hemos hecho un (varios) Masterchefs de huevos con patatas con premios para el ganador, hemos bailado con una calavera en las manos en la casa rural más terrorífica que hayamos visto jamás, hemos recorrido las hoces del Duero en un barco para nosotros solos, nuestras familias se han ido ampliando y cada vez es más difícil encontrar casa donde cobijarnos.

Navidades rurales en familia

Hemos recorrido Galicia, Asturias, Cantabria, León, Zamora, Valladolid, Palencia, Salamanca, la sierra madrileña y el norte portugués descubriendo pueblos deshabitados y capitales  repletas de gente.

... Pero sobre todo, sobre todo, hemos sido tocados por la magia navideña, esa que desde algún lugar del cielo nos envían los que ya no están...

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