Sin duda un bocado exquisito, lo mejor que he probado en pinchos de tortilla se esconde en Juana La Loca (plaza de Puerta de Moros 4, la Latina). No sé si es por ese toque que le da la cebolla caramelizada, por la textura melosa en la boca o ese punto justo de cocción para que no cuaje pero tampoco se deshaga demasiado, pero el caso es que es inevitable caer en la tentación.
Los fines de semana es difícil abrirse hueco en la barra, y si bien hay mesas donde poder comer, la gracia está en ese Ribera del Duero acompañado de semejante manjar de pie para luego seguir tapeando por la Cava Baja. La pega es que no admiten tarjetas y que su precio no es muy asequible (4,5€) si pretendes comerte varios (que es lo suyo).
Mucho se ha escrito sobre el pincho de tortilla de patata, la web está plagada de rankings con los mejores sitios donde poder comerlo. A mi me encanta, y prometo hacer algún día un recorrido por varios de ellos, de momento aquí cuelgo los mejores post que he encontrado sobre el asunto. Pincha aquí, aquí, aquí o aquí.
Recuerdo que hace ya varios años (exactamente 6), vino un amigo de Cantabria y le llevamos a probarla. Tanto le (nos) gustó que por la noche, ya en casa, decidimos cenar de nuevo tortilla e intentamos que nos quedara igual que allí. Caramelizamos la cebolla pero el sabor no era el mismo hasta que descubrimos (según nuestro paladar), el ingrediente secreto: un chorrito de balsámico de Módena y la tortilla se pareció un poco más. Aún así, reconozco que es inimitable y que cualquier intento de copiarla queda a la altura del betún.
Mucho se ha escrito sobre el pincho de tortilla de patata, la web está plagada de rankings con los mejores sitios donde poder comerlo. A mi me encanta, y prometo hacer algún día un recorrido por varios de ellos, de momento aquí cuelgo los mejores post que he encontrado sobre el asunto. Pincha aquí, aquí, aquí o aquí.
Recuerdo que hace ya varios años (exactamente 6), vino un amigo de Cantabria y le llevamos a probarla. Tanto le (nos) gustó que por la noche, ya en casa, decidimos cenar de nuevo tortilla e intentamos que nos quedara igual que allí. Caramelizamos la cebolla pero el sabor no era el mismo hasta que descubrimos (según nuestro paladar), el ingrediente secreto: un chorrito de balsámico de Módena y la tortilla se pareció un poco más. Aún así, reconozco que es inimitable y que cualquier intento de copiarla queda a la altura del betún.
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